Apocalipsis
24. La caída de Babilonia
Pasaje base: Apocalipsis 18
4 Y oí otra voz del cielo, que decía: Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis parte de sus plagas
La lección anterior hablamos de la condenación de la gran ramera y al estudiar descubrimos que la gran ramera es Babilonia pues de ahí viene toda idolatría, la condenación a la que nos referimos la semana pasada fue la de la Babilonia espiritual. El día de hoy estudiaremos la caída de la Babilonia comercial.
Las dos Babilonias están siendo dominadas por el anti-cristo, pero esta es una ciudad de mercadería. Se cree que es una ciudad que existe y que está en la costa, pero lo más probable es que represente todo un sistema global comercial del anti-cristo, un sistema que ya está siendo preparado desde el día de hoy.
Veremos en este capítulo un mensaje de juicio, otro de separación, otro de lamento, otro de regocijo y al final una representación por un ángel poderoso de lo que está sucediendo.
El mensaje de juicio está incluido en los versículos 1 al 3.
El que trae el mensaje es un ángel, su resplandor representa la presencia de Dios.
El mensaje es que ha caído la gran Babilonia, en realidad este es un anuncio previo, pero aunque aquí en la tierra no ha sucedido, para Dios es un hecho, para él ya sucedió.
Después nos dice que ahí moran muchos demonios, es habitación de todo espíritu inmundo gracias a que todas las naciones han bebido del vino del furor de su fornicación y los reyes de la tierra han fornicado con ella. Recordemos que fornicación en el sentido espiritual se refiere a la idolatría.
Los mercaderes de la tierra se han enriquecido porque ella compra todo lo que satisfaga sus malos deseos, por eso ahora es habitación de demonios.
En el versículo 4 viene un mensaje de separación: “salid de ella, pueblo mío”, esta voz es la de Jesucristo mismo diciéndole a su pueblo sal de ella.
Aquí es válido preguntarnos ¿qué hacen los creyentes ahí? Y otra ¿aún quedan creyentes en esta época?
Dios está juzgando este sistema, pero él es un Dios justo y de amor y quiere que su pueblo no reciba del juicio de ella.
Dios le dice a su pueblo sal de ahí para que no seas partícipe de su pecado y no recibas el mismo castigo que ellos.
Los pecados de Babilonia han sido tantos que han llegado hasta el cielo, esto nos recuerda cuando Dios va a juzgar a Sodoma y Gomorra (Génesis 18) y Dios manda a unos ángeles para sacar a Lot y a su familia de ahí para que él no sea destruido con las ciudades juzgadas.
Después de esta advertencia viene el pago por toda su maldad, porque Babilonia está envanecida, es soberbia, este ¿no es el pensamiento de la sociedad el día de hoy? La soberbia es el común denominador. Hay una falsa grandeza, un materialismo; Dios la juzgará y en un sólo día vendrá sus plagas muerte, llanto, hambre y será quemada.
Aquí cuando sucede eso hay tres grupos de personas que se lamentan al ver su caída: Los reyes de la tierra, los mercaderes de la tierra y los pilotos y marineros. No se lamentan por ella sino sobre ella, a ellos no les duele lo que a ella le pase sino se asombran y les duele que ya no podrán venderle a Babilonia que compraba de todo para satisfacer sus malos deseos.
Las mercaderías que compraba Babilonia no son cosas necesarias, sino lujos; parece que hablamos de una tienda departamental. Departamento de joyería :mercadería de oro, de plata, de piedras preciosas, de perlas. Departamento de ropa: de lino fino, de púrpura, de seda de escarlata. Departamento de muebles: de toda madera olorosa, de todo objeto de marfil, de todo objeto de madera preciosa, de cobre, de hierro, de mármol. Departamento de perfumería: canela, especies aromáticas, incienso, mirra, olívano. Departamento de comida gourmet: vino, aceite, flor de harina, trigo, bestias, ovejas. Departamento de transporte: caballos y carros y por último un departamento de esclavos. El sistema va tomando en esclavitud a las personas, lujos que no son necesarios se adquieren con dinero que no se tiene. La pérdida de estos lujos causa dolor y llanto en Babilonia. Los marineros también se habían enriquecido ahí y por eso también lloran.
El materialismo es lo que impera aquí, los lujos extravagantes. En 1a Juan 2:16-17 viene una advertencia contra el materialismo.
Mientras en la tierra hay lamento y llanto en el cielo hay alegría porque Dios ha hecho justicia.
¿Dónde quieres estar en la tierra donde hay lamento o en el cielo donde habrá alegría?
Al final del capítulo se ve a un ángel que toma una piedra y la avienta sobre el mar, es una manera visual de representar esto.
Después nos dice que ya no se escuchará ahí la música. La música ha tomado un lugar muy relevante en nuestros días, no es que la música está mal sino que el lugar que ha tomado en nuestra sociedad está mal, los ídolos más grandes son músicos. En el cielo habrá adoración a Dios y para ello se utilizará la música.
Tampoco habrá más oficios. Además de la música el trabajo ha tomado un lugar muy relevante en nuestras vidas, de tal manera que dejamos de dedicar tiempo a Dios por trabajar. El trabajar no está mal, pero que tu trabajo te impida tener una relación con Dios es un gran problema.
Luz de lámpara no habrá más en ti ni voz de esposo y esposa se oirá más en ti. Ya no hay matrimonios.
Para terminar nos habla de la hechicería, Babilonia es un gran centro esotérico y en nuestros días el esoterismo lo vemos hasta en la sopa, todo porque entre más se acerque el fin más preparado estará el escenario para estos acontecimientos.
Para terminar nos dice que ahí se encontró la sangre de los profetas, de los santos y de todos los que habían sido muertos sobre la tierra.
Esto nos habla de muerte, de pisotear las enseñanzas que Dios mandó por medio de los apóstoles y profetas.
Reflexiona ¿tu vida está atada al sistema comercial o está sometida a la voluntad de Dios?
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